VOLUME 1
Number 3, June,
2002 Número 3, Junho, 2002
Qué es la psicología de liberación?
es psicología cultural Carl Ratner
Abstract
El
presente trabajo argumenta que la psicología de liberación
debe ser
psicología cultural. La psicología de liberación
promueve el cambio social
humanitario. Lo hace identificando y criticando las influencias culturales
destructivas que crían fenómenos psicológicos debilitadores,
e identifica y
apoya las influencias culturales benévolas que crían fenómenos
psicológicos
de realización. La psicología cultural es el mejor acercamiento
para lograr
culminar este análisis. La psicología cultural ve a los
fenómenos
psicológicos como originados de y como reflejos de factores y
procesos
culturales. De ahí que identifique las influencias culturales
benévolas y
destructivas en la psicología. Esta ponencia explica los principios
de la
psicología cultural, utiliza la teoría de actividad de
Vygotsky como base
conceptual para la psicología cultural y presenta evidencia empírica
contemporánea para apoyar estos principios y conceptos.
Al
desarrollar una psicología de liberación la pregunta clave
es "qué
queremos decir con liberación?". La manera como definamos
la liberación
determina la clase de psicología de liberación que desarrollamos.
Si
creemos que la liberación consiste en expresarse a sí
mismo, la psicología
de liberación debería investigar los procesos psicológicos
que promueven
esto. Si creemos que la liberación consiste en formar significados
personales acerca de las cosas, entonces una psicología de liberación
debería consistir en formas de entendimiento y promoción
de cómo hacer
esto. Si definimos liberación como ejercitar la imaginación,
entonces
deberíamos entender y promover la psicología de la imaginación.
La mayoría
de nosotros en este congreso creemos que la liberación debe ser
definida más culturalmente. Debe incluir la transformación
de la cultura en
donde vive la gente humanizar las instituciones sociales, prácticas,
condiciones y valores-. Este cambio cultural es imperativo para una
liberación real. Aceptar condiciones de opresión social
disminuye la
liberación humana.
¿Cómo
pueden los psicólogos contribuir al análisis y al cambio
cultural?
Podemos contribuir estudiando los efectos de los factores culturales
y los
procesos en psicología. Este enfoque identificará las
funciones
psicológicas de realización y las trazará hacia
influencias culturales
positivas. También identificará los fenómenos psicológicos
insatisfactorios, degradantes y antisociales e. g., inseguridad,
ansiedad,
irracionalidad, prejuicio, comportamiento autodestructivo, egoísmo
y
agresión y los rastreará hacia atrás hasta
las influencias culturales
negativas. Identificando las influencias culturales positivas y negativas
en la psicología señalará aquellas que necesitan
ser promovidas y aquellas
que necesitan ser transformadas. De esta manera, los psicólogos
pueden
contribuir a la liberación de las personas.
Este es precisamente
el tipo de análisis que Martin-Baro hizo sobre el
fatalismo entre campesinos centraomericanos. El rastreó el fatalismo
hacia
las relaciones y condiciones sociales reales de los campesinos. Él
argumentó que éstas podían cambiarse para liberar
a las personas del
fatalismo.
Martin-Baro se avocó
a un análisis cultural sobre el fatalismo. Su
psicología de liberación era claramente una psicología
cultural. Ella
contrasta con los análisis de la psicología convencional
que atribuyen el
fatalismo a procesos personales. Al no tomar en cuenta las relaciones
culturales, los psicólogos fallan en analizarlos y mejorarlos.
Si la psicología
de liberación es una psicología cultural, debemos
desarrollar el campo de la psicología cultural para ayudar a
la gente a
liberarse así misma. Yo he estado trabajando por varias décadas
para
desarrollar un marco teórico y metodológico para la psicología
cultural.
Presentaré esquemáticamente algunas de las ideas principales.
La psicología
cultural es ante todo una disciplina científica. Estudia a la
cultura en tanto que está incrustada y refractada en la psicología
individual. Esto complementa la perspectiva de la ciencia política
y la
sociología que estudian a la cultura directamente, como un sistema
de
normas y políticas de comportamiento. La psicología cultural
emplea teorías
y métodos científicos en particular que son apropiados
para elucidar los
efectos psicológicos de los factores y procesos culturales. La
psicología
cultural es una prueba de los análisis políticos, puede
confirmarlos o
refutarlos. Sin información científica independiente sobre
los efectos de
la cultura en la gente, los análisis políticos están
sujetos a un
pensamiento erróneo, auto probatorio. La historia está
repleta de ejemplos
de grandes ideas para mejorar la vida que terminan inflingiendo políticas
dañinas para las personas. Una psicología cultural científica
puede ayudar
a superar esos errores. Por ello, la psicología cultural debe
mantenerse
independiente de la política y proporcionar información
independiente
mientras que también debe estar preocupada por la política
y ser
extremadamente relevante para ella.
En mi opinión,
la mejor base conceptual para la psicología cultural es el
trabajo de Lev Vygotsky. Vygotsky fue un marxista que buscó desarrollar
una psicología cultural que fuese tanto cientificamente rigurosa
como también útil para el cambio social progresivo. Vygotsky
desarrolló un modelo
sofisticado de psicología. Él obtuvo mucha inspiración
de Marx, pero
construyó sobre las ideas de Marx en vez de aplicarlas mecánicamente
a la
psicología.
Vygotsky enumeró
tres factores culturales que organizan a la psicología:
1) Actividades,
como la producción de bienes, crianza de los hijos,
educación de la población, creación e implementación
de leyes, tratamiento
de enfermedades, juego y producción de arte.
2) Artefactos, incluyendo
herramientas, libros, papel, alfarería, armas,
utensilios de comida, relojes, ropa, edificios, mobiliario, juguetes
y
tecnología.
3) Conceptos acerca
de cosas y gente. Por ejemplo, la sucesión de formas
que ha tomado el concepto de persona en la vida del hombre en diferentes
sociedades, varía con su sistema de leyes, religión, costumbres,
estructuras sociales y mentalidad.
Estos tres factores
interactúan en formas complejas y dinámicas entre si y
con los fenómenos psicológicos. El sistema de actividades
culturales,
artefactos, conceptos y fenómenos psicológicos es la cultura.
Vygotsky
enfatizó que las actividades sociales ejercen mas influencia
en el sistema
de lo que lo hacen los otros factores. La razón es que los humanos
subsisten y se realizan a sí mismos a través de actividades
organizadas
socialmente. Para comer un número de personas deben organizarse
juntas en
un patrón de comportamiento coordinado para recolectar, cazar
o producir la
comida. Además deben coordinar socialmente las tareas auxiliares
como
elaborar las requeridas herramientas, contenedores, lugares de
almacenamiento, instalaciones de cocina y medios de transporte. La manera
en que organizamos la producción y distribución de alimentos
determina
cuánta gente trabaja en dicha tarea, el tipo y nivel de remuneración
que
recibe, el tipo de rutinas e interacciones que tienen, las herramientas
que
emplean, cuánta comida se provee a individuos particulares en
la sociedad y
por lo tanto, la supervivencia física y la salud de sectores
completos de
la población.
Teniendo una importancia
tan vital para la existencia, las actividades son
básicas para las formas en que un individuo interactúa
con el mundo de los
objetos, otras personas e inclusive consigo mismo (Vygotsky, 1997b:5,
53-54, 133; cf. Malinowsky, 1994:36-54).
Vygotsky explicó
la influencia formativa de las actividades en la
psicología con las siguientes palabras:
"las estructuras
de las funciones mentales superiores representan
un molde de las relaciones sociales colectivas entre las
personas. Estas estructuras (mentales) no son otra cosa que la
transferencia en la personalidad de una relación interna de un
orden social que constituye la base de la estructura social de la
personalidad humana" (Vygotsky, 1998:169-70; cf. Ratner, 1997,
cap. 3, 1999:10-12, 2000a, b, para comentarios sobre este
enfoque).
La teoría
de actividad de Vygotsky puede esbozarse a grosso modo en la
figura 1:
Figura 1
La figura 1 enfatiza la dependencia de la psicología de los otros
factores culturales y la predominancia de las actividades sobre todos
los
factores. La situación real es más compleja y dinámica.
Contiene
influencias recíprocas entre los factores, y está animada
por la
intencionalidad, teleología o agencia. Vygotsky (1997a:206) enfatizó
que
"La relación del hombre con sus alrededores siempre debe
llevar el carácter
de intencionalidad, de actividad y no de simple dependencia".
No hay tiempo para
poder discutir la total complejidad de la teoría de
actividad. (Lo hago en mi reciente libro, Psicología cultural:
teoría y
método. ) Aquí sólo trataré una pequeña
porción del modelo. Quisiera
presentar evidencia que ilustre el impacto de las actividades culturales
y
los conceptos en la psicología. Entonces podremos discutir cómo
esta
investigación psicológica cultural contribuye a la psicología
de
liberación.
Un estudio histórico
fascinante por Cressy (1983) muestra que la lectura es
inspirada por la actividad organizada socialmente. Evidencia histórica
del
siglo XVI al XVIII revela que saber leer y escribir era una herramienta
apropiada para un rango particular de actividades" (p.37). Las
actividades
sociales mas importantes para inspirar la lectura eran las económicas:
"La
distribución social del alfabetismo en la Inglaterra preindustrial
estaba
asociada más cercanamente con las actividades económicas
que con cualquier
otra cosa" (ibid., p.37).
En Francia por ejemplo,
el norte y el este eran más instruidos que el sur y
el oeste. El extremo norte de Inglaterra era más iletrado que
el área
alrededor de Londres, mientras que los habitantes ingleses de la bahía
de
Massachuetts eran mucho mas fluidos en la lectura y escritura que sus
contemporáneos en las partes circundantes de Nueva Inglaterra
o en las
colonias del sur. Las presiones culturales e ideológicas fueron
sin duda
influyentes pero el factor que une a estas regiones de avanzada en la
alfabetización fue su nivel de desarrollo económico. Su
ambiente en general
demandaba más la alfabetización. Esto es mas claro a nivel
local. Las
comunidades agrícolas eran menos letradas que las comunidades
comerciales,
mientras que dentro del mundo de la agricultura había diferencias
culturales, educacionales y económicas entre los cultivadores
comerciales
del grano y las granjas de subsistencia familiar, entre los proveedores
de
carne para el mercado urbano y los pastores de las colinas o de la marisma
(p.35).
Las bases de actividades
de lectura para diferentes grupos ocupacionales
eran de la manera siguiente:
Así como
la complejidad de los comportamientos de uno se incrementaba, así
también la ventaja de poder descifrar la escritura y de registrar
las cosas
en papel. El granjero que podía apuntar los precios del mercado
y
compararlos de semana en semana o de estación en estación
podía asegurar
una ventaja comercial sobre su vecino iletrado quien confiaban en su
memoria
Leer y escribir se convertía en algo útil
y de ahí que valiera la
pena saberlo (p.29).
Cressy señala
que los esfuerzos educativos para promover el alfabetismo
sólo fueron efectivos allí donde hubo una necesidad económica
práctica para
esa habilidad. Para la gente que no tenía necesidad práctica
económica para
el alfabetismo, "no importa qué tan persuasiva fuese la
retórica,
naufragaba en la indiferencia al alfabetismo del grueso de la población,
que no veía necesidad práctica para esas habilidades.
Donde la gente
necesitaba poco alfabetismo para manejar sus asuntos
era difícil
persuadirlos de abrazar una habilidad que era, para todo propósito
práctico, superflua" (p. 40).
Fascinantes investigaciones
ha demostrado que los conceptos culturales
también modelan las funciones psicológicas. Los conceptos
actúan como
filtros que median la percepción, las emociones, la memoria,
la conciencia
de sí, la imagen corporal y la enfermedad mental.
Smith-Rosenberg
(1972) explicó que la histeria del siglo XIX descansaba en
conceptos culturales. La histeria prevaleció en entre mujeres
blancas de la
clase media alta en los E.U. y Europa. Era rara entre los hombres y
entre
mujeres de clase baja. Los síntomas de la histeria incluían
embotamiento de
los sentidos e inmobilización de los miembros. De acuerdo con
Smith-Rosenberg, esos síntomas reflejaban el ideal femenino de
una persona
débil y espiritual. Se esperaba que las mujeres normales de la
clase media
rehuyeran el trabajo físico, no tomaran interés en los
placeres corporales
y evitaran la simple mención de las funciones corporales. Aún
la pechuga de
pollo era eufemísticamente llamada "carne blanca",
para evitar la
referencia a las partes anatómicas. La joven victoriana ideal
era muy
delgada y débil. Su cuerpo era restringido comiendo extremadamente
poco y
portando corsets estrechamente atados que producían una cintura
de
dieciocho pulgadas. Las mujeres victorianas normales de la clase media
cultivaban la debilitación física a fin de realizar los
ideales de
debilidad, delicadeza, gentileza, pureza, sumisión y liberación
del trabajo
físico. Los síntomas debilitadores de la histeria eran
sólo una ligera
exageración de los ideales femeninos de la clase media. La histeria
de la
clase media era aceptada con simpatía por hombres y mujeres como
característica de las mujeres.
Cuando algunas mujeres
de la clase trabajadora adoptaban síntomas
histéricos, éstos eran percibidos mucho más críticamente.
Se les asignaba
terapia ocupacional para motivar su regreso al empleo remunerativo.
A las
mujeres de la clase media, por lo contrario, se les daba "cura
de reposo"
que las limitaba a una habitación aislada y silenciosa y las
privaba de
actividad. La cura de reposo sintetizaba el ideal pasivo de las mujeres
de
la clase media.
La histeria fue
común sólo durante un siglo, desde el fin del siglo XVIII
al comienzo del siglo XX. Después de la Primera Guerra Mundial,
esas
alteraciones motoras se desvanecieron tan rápida y misteriosamente
como
surgieron. (Shorter, 1986).
Siendo el ideal
femenino contemporáneo diferente de aquel del anterior
siglo, los sintomas histéricos que incorporaban ese ideal son
raramente
encontrados. Sólo un 0.27% de admisiones femeninas como pacientes
internos
y externos en los hospitales psiquiátricos norteamericanos fueron
diagnosticados en 1975 como manifestaciones de histeria conversiva
(Winstead, 1984, tabla 1).
El potencial liberador
de la psicología cultural
Identificar las
actividades culturales y los conceptos que median la
lectura y la enfermedad mental tiene importantes usos para la liberación
humana. Estimular las capacidades psicológicas positivas como
la lectura
requiere promover las actividades y conceptos culturales que las nutren.
Las capacidades psicológicas positivas no son fenómenos
exentos que puedan
ser fácilmente adquiridos independientemente de los factores
culturales.
Contrariamente, la mejoría de los fenómenos psicológicos
debilitadores
tales como la enfermedad mental requiere eliminar los factores culturales
que los alimentan. Los fenómenos psicológicos debilitadores
no pueden ser
sustancialmente mejorados independientemente de los factores culturales.
Pueden realizarse
acciones en un nivel personal y en uno social. La mujeres
histéricas individuales podrían ser tratadas en terapia
examinando los
ideales culturales que han internalizado. Sería necesario entender
y
rechazar esos ideales si los síntomas histéricos van a
ser aliviados.
Discutir tópicos puramente personales con los pacientes pasarían
por alto
los conceptos culturales que organizan los síntomas. Los ideales
culturales
de la pasividad femenina también deben ser desafiados en un nivel
social.
Amplias campañas educativas necesitarían cuestionar este
ideal a través de
la sociedad. Reduciendo su prevalencia limitaría su importancia
como imagen
que las mujeres adoptaran para lidiar con sus dificultades. En tanto
que
permanezca como un ideal prevaleciente, grandes números de mujeres
lo
adoptarían para enfrentar los problemas.
La teoría
de la actividad enfatiza más adelante que el desafiar conceptos
culturales requiere cambios correspondientes en las actividades sociales
de
la gente. Ello porque los conceptos están basados en actividade
sociales
reales. El ideal cultural de una mujer pasiva, débil, se basaba
en la
posición social subordinada de las mujeres. El ideal sólo
será abandonado
si el rol de las mujeres es alterado.
La psicología
cultural tiene una importancia adicional para la liberación.
Identificando actividades culturales y conceptos imbuídos en
los fenómenos
psicológicos, ella revela si los últimos sintetizan factores
culturales
existentes o si apuntan hacia otros nuevos. La teoría de la actividad
distingue el comportamiento genuinamente novedoso (que supera las
actividades culturales prevalecientes y estimula la realización
de las
personas) de los actos que son variaciones superficiales del status
quo.
Por ejemplo muchas mujeres que adoptan el rasgo de personalidad de la
auto
afirmación piensan que están liberadas porque están
realizando su verdadero
yo. Sin embargo, la teoría de la actividad revela que este cambio
en la
personalidad de las mujeres fue inducido por las presiones económicas
para
incorporarlas a la fuerza laboral. Con los ingresos reales de los hombres
estadounidenses decrecientes desde los años 70 hasta hoy, una
familia
podría mantener su estándar de vida si las mujeres ingresaran
a la fuerza
laboral. Bajo estas presiones económicas, las mujeres participaron
en la
economía buerguesa, con su competitividad, materialismo,
despersonalización, alienación e individualismo. Un análisis
de psicología
cultural podría revelar que esas características permearon
la
autoafirmación de las mujeres de la misma manera en que caracterizan
la
auto afirmación de los hombres (Risman, 1987, p. 27). La investigación
de
psicología cultural podría descubrir más adelante
que esta forma burguesa
de auto afirmación conduce a las mujeres a tratar a los otros
con rudeza, a
ser egoístas y desconfiadas de los demás y a tener relaciones
interpersonales distantes. En este caso las formas burguesas de liberación
de las mujeres quedarían muy lejos de una verdadera liberación
aunque las
"liberarían" de la servidumbre doméstica-. La
verdadera liberación
requeriría una clase diferente de auto afirmación integrada
por conceptos
culturales y prácticas de cooperación, democacia y altruismo.
La gente frecuentemente
subestima hasta qué punto sus fenómenos
psicológicos incorporan actividades y conceptos culturales. En
consecuencia, la mayoría de las personas creen que han trascendido
su
cultura cuando no lo han hecho. La psicología cultural es la
única teoría
psicológica que puede analizar en cúanto la psicología
sintetiza los
factores culturales existentes y en qué medida esboza factores
culturales
alternativos. En consecuencia, la psicología cultural es la única
teoría
psicológica que califica como psicología de liberación.
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