Interdisciplinary Journal on Human Development, Culture and Education
Revista Interdisciplinar de Desenvolvimento Humano, Cultura e Educação

ISSN: 1533-6476

Tikunakids / Crianças Tikuna
Aldeia Filadelfia
BenjaminConstant, Amazonas, Brasil
photo (c)  Marcelo Lima
 

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VOLUME 1

Number 3, June, 2002
Número 3, Junho, 2002



 

Qué es la psicología de liberación? es psicología cultural
Carl Ratner
 


Abstract

El  presente trabajo  argumenta que  la psicología  de liberación  debe ser
psicología cultural. La psicología  de liberación promueve el cambio social
humanitario. Lo hace identificando  y criticando las influencias culturales
destructivas que crían fenómenos psicológicos debilitadores, e identifica y
apoya las influencias culturales benévolas que crían fenómenos psicológicos
de realización. La psicología cultural es el mejor acercamiento para lograr
culminar  este  análisis.  La   psicología  cultural  ve  a  los  fenómenos
psicológicos  como originados  de y  como reflejos  de factores  y procesos
culturales. De  ahí que identifique las  influencias culturales benévolas y
destructivas en  la psicología. Esta ponencia  explica los principios de la
psicología cultural,  utiliza la teoría de  actividad de Vygotsky como base
conceptual  para  la  psicología  cultural y  presenta  evidencia  empírica
contemporánea para apoyar estos principios y conceptos.



 

Al  desarrollar una  psicología  de liberación  la pregunta  clave  es "qué
queremos  decir con  liberación?". La  manera como definamos  la liberación
determina  la  clase  de psicología  de  liberación  que desarrollamos.  Si
creemos que la liberación  consiste en expresarse a sí mismo, la psicología
de liberación  debería investigar  los procesos psicológicos  que promueven
esto.  Si  creemos  que  la  liberación  consiste  en  formar  significados
personales  acerca  de las  cosas,  entonces una  psicología de  liberación
debería  consistir en  formas de  entendimiento y  promoción de  cómo hacer
esto.  Si  definimos liberación  como  ejercitar  la imaginación,  entonces
deberíamos   entender  y   promover  la   psicología  de   la  imaginación.

La mayoría de nosotros  en este congreso creemos que la liberación debe ser
definida más culturalmente. Debe incluir la transformación de la cultura en
donde  vive  la gente  —humanizar  las  instituciones sociales,  prácticas,
condiciones  y  valores-.  Este  cambio  cultural es  imperativo  para  una
liberación  real.  Aceptar  condiciones  de opresión  social  disminuye  la
liberación humana.

¿Cómo pueden  los psicólogos  contribuir al análisis y  al cambio cultural?
Podemos contribuir estudiando los  efectos de los factores culturales y los
procesos   en   psicología.  Este   enfoque   identificará  las   funciones
psicológicas  de realización  y  las trazará  hacia influencias  culturales
positivas.     También    identificará    los     fenómenos    psicológicos
insatisfactorios, degradantes y antisociales —e. g., inseguridad, ansiedad,
irracionalidad,   prejuicio,  comportamiento  autodestructivo,   egoísmo  y
agresión—  y los  rastreará  hacia atrás  hasta las  influencias culturales
negativas. Identificando  las influencias culturales  positivas y negativas
en la psicología señalará  aquellas que necesitan ser promovidas y aquellas
que  necesitan ser  transformadas.  De esta  manera, los  psicólogos pueden
contribuir a la liberación de las personas.

Este  es precisamente  el tipo  de análisis  que Martin-Baro hizo  sobre el
fatalismo entre campesinos centraomericanos.  El rastreó el fatalismo hacia
las  relaciones  y  condiciones  sociales  reales  de  los  campesinos.  Él
argumentó  que  éstas podían  cambiarse  para  liberar a  las personas  del
fatalismo.

Martin-Baro  se  avocó  a  un  análisis  cultural sobre  el  fatalismo.  Su
psicología  de  liberación era  claramente  una  psicología cultural.  Ella
contrasta con  los análisis de la  psicología convencional que atribuyen el
fatalismo  a procesos  personales.  Al no  tomar en  cuenta  las relaciones
culturales,   los   psicólogos   fallan   en  analizarlos   y   mejorarlos.

Si  la  psicología  de  liberación  es  una  psicología  cultural,  debemos
desarrollar el  campo de  la psicología cultural  para ayudar a  la gente a
liberarse  así  misma. Yo  he  estado  trabajando por  varias décadas  para
desarrollar un  marco teórico  y metodológico para  la psicología cultural.
Presentaré   esquemáticamente    algunas   de    las   ideas   principales.

La psicología cultural es ante todo una disciplina científica. Estudia a la
cultura  en  tanto  que  está  incrustada  y refractada  en  la  psicología
individual.  Esto complementa la  perspectiva de  la ciencia política  y la
sociología  que estudian  a  la cultura  directamente, como  un  sistema de
normas y políticas de comportamiento. La psicología cultural emplea teorías
y métodos  científicos en  particular que son apropiados  para elucidar los
efectos psicológicos  de los factores y  procesos culturales. La psicología
cultural  es una  prueba de  los análisis  políticos, puede  confirmarlos o
refutarlos. Sin  información científica independiente sobre  los efectos de
la  cultura  en  la  gente,  los  análisis  políticos están  sujetos  a  un
pensamiento erróneo, auto probatorio.  La historia está repleta de ejemplos
de grandes  ideas para mejorar la  vida que terminan inflingiendo políticas
dañinas para las personas.  Una psicología cultural científica puede ayudar
a superar  esos errores.  Por ello, la psicología  cultural debe mantenerse
independiente  de la  política  —y proporcionar  información independiente—
mientras  que  también  debe   estar  preocupada  por  la  política  y  ser
extremadamente relevante para ella.

En mi  opinión, la mejor base conceptual para  la psicología cultural es el
trabajo de Lev Vygotsky. Vygotsky fue un marxista que buscó desarrollar una
psicología cultural  que fuese tanto cientificamente  rigurosa como también
útil  para  el  cambio social  progresivo.  Vygotsky  desarrolló un  modelo
sofisticado  de  psicología.  Él obtuvo  mucha  inspiración  de Marx,  pero
construyó sobre  las ideas de Marx en vez  de aplicarlas mecánicamente a la
psicología.

Vygotsky enumeró  tres factores  culturales que organizan  a la psicología:

1)   Actividades,  como  la producción  de  bienes, crianza  de los  hijos,
educación de la población,  creación e implementación de leyes, tratamiento
de enfermedades, juego y producción de arte.

2)  Artefactos,  incluyendo herramientas, libros,  papel, alfarería, armas,
utensilios  de comida,  relojes,  ropa, edificios,  mobiliario, juguetes  y
tecnología.

3)  Conceptos acerca de cosas  y gente. Por ejemplo,  la sucesión de formas
que ha  tomado el concepto de  persona en la vida  del hombre en diferentes
sociedades,  varía   con  su   sistema  de  leyes,   religión,  costumbres,
estructuras sociales y mentalidad.

Estos tres factores interactúan  en formas complejas y dinámicas entre si y
con  los  fenómenos psicológicos.  El  sistema  de actividades  culturales,
artefactos,  conceptos y  fenómenos  psicológicos es  la cultura.  Vygotsky
enfatizó que las actividades  sociales ejercen mas influencia en el sistema
de  lo  que lo  hacen  los  otros factores.  La  razón es  que los  humanos
subsisten y  se realizan  a sí mismos  a través de  actividades organizadas
socialmente. Para  comer un número de  personas deben organizarse juntas en
un patrón de comportamiento coordinado para recolectar, cazar o producir la
comida.  Además  deben coordinar  socialmente  las  tareas auxiliares  como
elaborar   las    requeridas   herramientas,   contenedores,   lugares   de
almacenamiento, instalaciones  de cocina y medios  de transporte. La manera
en  que organizamos  la  producción y  distribución de  alimentos determina
cuánta gente  trabaja en dicha tarea,  el tipo y nivel  de remuneración que
recibe, el tipo de rutinas e interacciones que tienen, las herramientas que
emplean, cuánta comida se provee a individuos particulares en la sociedad y
por lo  tanto, la supervivencia física y la  salud de sectores completos de
la población.

Teniendo una importancia tan  vital para la existencia, las actividades son
básicas para las formas  en que un individuo interactúa con el mundo de los
objetos,  otras  personas e  inclusive  consigo  mismo (Vygotsky,  1997b:5,
53-54, 133; cf. Malinowsky, 1994:36-54).

Vygotsky  explicó  la  influencia   formativa  de  las  actividades  en  la
psicología con las siguientes palabras:

          "las estructuras de las  funciones mentales superiores representan
          un  molde  de  las   relaciones  sociales  colectivas  entre  las
          personas. Estas  estructuras (mentales)  no son otra  cosa que la
          transferencia en  la personalidad  de una relación  interna de un
          orden social que constituye la base de la estructura social de la
          personalidad  humana" (Vygotsky,  1998:169-70; cf.  Ratner, 1997,
          cap.  3,  1999:10-12,  2000a,  b,  para  comentarios  sobre  este
          enfoque).

La  teoría de actividad  de Vygotsky puede  esbozarse a  grosso modo  en la
figura 1:

                                  

Figura 1


 


La  figura 1 enfatiza  la  dependencia  de la  psicología  de los  otros
factores culturales  y la predominancia de  las actividades sobre todos los
factores.  La   situación  real  es  más   compleja  y  dinámica.  Contiene
influencias  recíprocas   entre  los  factores,  y   está  animada  por  la
intencionalidad, teleología  o agencia.  Vygotsky (1997a:206) enfatizó  que
"La relación del hombre con sus alrededores siempre debe llevar el carácter
de   intencionalidad,   de  actividad   y   no   de  simple   dependencia".

No  hay tiempo  para poder discutir  la total  complejidad de la  teoría de
actividad. (Lo  hago en  mi reciente libro,  Psicología cultural:  teoría y
método. )  Aquí  sólo  trataré una  pequeña  porción  del modelo.  Quisiera
presentar evidencia que ilustre  el impacto de las actividades culturales y
los  conceptos  en  la psicología.  Entonces  podremos  discutir cómo  esta
investigación   psicológica  cultural   contribuye   a  la   psicología  de
liberación.

Un estudio histórico fascinante por Cressy (1983) muestra que la lectura es
inspirada por la actividad  organizada socialmente. Evidencia histórica del
siglo XVI  al XVIII  revela que saber  leer y escribir  era una herramienta
apropiada para un rango  particular de actividades" (p.37). Las actividades
sociales mas importantes para  inspirar la lectura eran las económicas: "La
distribución social  del alfabetismo en la  Inglaterra preindustrial estaba
asociada más cercanamente con  las actividades económicas que con cualquier
otra cosa" (ibid., p.37).

En Francia por ejemplo, el norte y el este eran más instruidos que el sur y
el  oeste. El  extremo norte  de Inglaterra  era más  iletrado que  el área
alrededor de  Londres, mientras que los habitantes  ingleses de la bahía de
Massachuetts  eran mucho  mas  fluidos en  la lectura  y escritura  que sus
contemporáneos  en las  partes circundantes  de Nueva  Inglaterra o  en las
colonias del  sur. Las  presiones culturales e ideológicas  fueron sin duda
influyentes  pero el  factor que  une a  estas regiones  de avanzada  en la
alfabetización fue su nivel de desarrollo económico. Su ambiente en general
demandaba  más la  alfabetización.  Esto es  mas claro  a nivel  local. Las
comunidades agrícolas eran menos  letradas que las comunidades comerciales,
mientras  que  dentro  del   mundo  de  la  agricultura  había  diferencias
culturales, educacionales  y económicas entre  los cultivadores comerciales
del grano y las  granjas de subsistencia familiar, entre los proveedores de
carne para el mercado  urbano y los pastores de las colinas o de la marisma
(p.35).

Las bases  de actividades  de lectura para  diferentes grupos ocupacionales
eran de la manera siguiente:

Así como la complejidad  de los comportamientos de uno se incrementaba, así
también la ventaja de poder descifrar la escritura y de registrar las cosas
en  papel.  El  granjero  que  podía  apuntar  los precios  del  mercado  y
compararlos de  semana en semana  o de estación en  estación podía asegurar
una  ventaja  comercial sobre  su  vecino  iletrado quien  confiaban en  su
memoria… Leer y escribir  se convertía en algo útil y de ahí que valiera la
pena saberlo (p.29).

Cressy  señala que  los esfuerzos  educativos para promover  el alfabetismo
sólo fueron efectivos allí donde hubo una necesidad económica práctica para
esa habilidad. Para la gente que no tenía necesidad práctica económica para
el  alfabetismo,   "no  importa  qué  tan  persuasiva  fuese  la  retórica,
naufragaba en  la indiferencia  al alfabetismo del grueso  de la población,
que  no  veía necesidad  práctica  para  esas habilidades.  Donde la  gente
necesitaba   poco  alfabetismo   para   manejar  sus   asuntos…era  difícil
persuadirlos  de  abrazar  una  habilidad  que  era,  para  todo  propósito
práctico, superflua" (p. 40).

Fascinantes  investigaciones  ha demostrado  que  los conceptos  culturales
también  modelan  las funciones  psicológicas.  Los  conceptos actúan  como
filtros que median la  percepción, las emociones, la memoria, la conciencia
de sí, la imagen corporal y la enfermedad mental.

Smith-Rosenberg (1972) explicó que  la histeria del siglo XIX descansaba en
conceptos culturales. La histeria prevaleció en entre mujeres blancas de la
clase media  alta en los E.U. y Europa. Era rara  entre los hombres y entre
mujeres de clase baja. Los síntomas de la histeria incluían embotamiento de
los   sentidos  e   inmobilización   de  los   miembros.  De   acuerdo  con
Smith-Rosenberg, esos síntomas reflejaban  el ideal femenino de una persona
débil y espiritual. Se  esperaba que las mujeres normales de la clase media
rehuyeran el trabajo físico,  no tomaran interés en los placeres corporales
y evitaran la simple mención de las funciones corporales. Aún la pechuga de
pollo  era   eufemísticamente  llamada  "carne  blanca",   para  evitar  la
referencia  a las  partes  anatómicas. La  joven victoriana  ideal  era muy
delgada y  débil. Su cuerpo era  restringido comiendo extremadamente poco y
portando  corsets  estrechamente  atados   que  producían  una  cintura  de
dieciocho  pulgadas. Las  mujeres  victorianas normales  de la  clase media
cultivaban  la  debilitación  física  a  fin  de realizar  los  ideales  de
debilidad, delicadeza, gentileza, pureza, sumisión y liberación del trabajo
físico.  Los síntomas  debilitadores de  la histeria  eran sólo  una ligera
exageración de  los ideales femeninos de la clase  media. La histeria de la
clase  media  era  aceptada   con  simpatía  por  hombres  y  mujeres  como
característica de las mujeres.

Cuando  algunas   mujeres  de  la  clase   trabajadora  adoptaban  síntomas
histéricos, éstos  eran percibidos mucho más  críticamente. Se les asignaba
terapia ocupacional  para motivar su regreso  al empleo remunerativo. A las
mujeres de  la clase media, por lo contrario, se  les daba "cura de reposo"
que las  limitaba a  una habitación aislada  y silenciosa y  las privaba de
actividad. La cura de  reposo sintetizaba el ideal pasivo de las mujeres de
la clase media.

La histeria  fue común sólo durante un siglo, desde  el fin del siglo XVIII
al  comienzo del  siglo  XX. Después  de  la Primera  Guerra Mundial,  esas
alteraciones  motoras se  desvanecieron tan  rápida y  misteriosamente como
surgieron. (Shorter, 1986).

Siendo  el ideal  femenino  contemporáneo diferente  de aquel  del anterior
siglo,  los sintomas  histéricos que  incorporaban ese ideal  son raramente
encontrados. Sólo un 0.27%  de admisiones femeninas como pacientes internos
y   externos  en   los  hospitales  psiquiátricos   norteamericanos  fueron
diagnosticados  en   1975  como  manifestaciones   de  histeria  conversiva
(Winstead, 1984, tabla 1).
 
 

El potencial liberador de la psicología cultural

Identificar  las  actividades  culturales y  los  conceptos  que median  la
lectura y  la enfermedad  mental tiene importantes usos  para la liberación
humana. Estimular  las capacidades  psicológicas positivas como  la lectura
requiere promover  las actividades  y conceptos culturales  que las nutren.
Las capacidades psicológicas positivas  no son fenómenos exentos que puedan
ser  fácilmente adquiridos  independientemente de los  factores culturales.
Contrariamente,  la  mejoría de  los  fenómenos psicológicos  debilitadores
tales como  la enfermedad mental requiere  eliminar los factores culturales
que los  alimentan. Los fenómenos psicológicos  debilitadores no pueden ser
sustancialmente  mejorados independientemente  de los  factores culturales.

Pueden realizarse acciones en un nivel personal y en uno social. La mujeres
histéricas  individuales podrían  ser  tratadas en  terapia examinando  los
ideales  culturales  que  han  internalizado. Sería  necesario  entender  y
rechazar  esos ideales  si  los síntomas  histéricos van  a  ser aliviados.
Discutir tópicos  puramente personales con los  pacientes pasarían por alto
los conceptos culturales que organizan los síntomas. Los ideales culturales
de la  pasividad femenina también deben ser  desafiados en un nivel social.
Amplias campañas educativas necesitarían  cuestionar este ideal a través de
la sociedad. Reduciendo su prevalencia limitaría su importancia como imagen
que las  mujeres adoptaran para  lidiar con sus dificultades.  En tanto que
permanezca  como  un ideal  prevaleciente,  grandes números  de mujeres  lo
adoptarían para enfrentar los problemas.

La teoría  de la actividad enfatiza más  adelante que el desafiar conceptos
culturales requiere cambios correspondientes en las actividades sociales de
la gente.  Ello porque  los conceptos están basados  en actividade sociales
reales.  El ideal  cultural de  una mujer  pasiva, débil,  se basaba  en la
posición social  subordinada de las mujeres.  El ideal sólo será abandonado
si el rol de las mujeres es alterado.

La psicología cultural tiene  una importancia adicional para la liberación.
Identificando actividades culturales y  conceptos imbuídos en los fenómenos
psicológicos,  ella revela  si los  últimos sintetizan  factores culturales
existentes  o si  apuntan  hacia otros  nuevos. La  teoría de  la actividad
distingue   el  comportamiento   genuinamente  novedoso  (que   supera  las
actividades  culturales prevalecientes  y  estimula la  realización de  las
personas) de  los actos que son  variaciones superficiales del  status quo.
Por ejemplo muchas mujeres  que adoptan el rasgo de personalidad de la auto
afirmación piensan que están liberadas porque están realizando su verdadero
yo. Sin  embargo, la  teoría de la  actividad revela que este  cambio en la
personalidad de las mujeres  fue inducido por las presiones económicas para
incorporarlas a  la fuerza laboral. Con los  ingresos reales de los hombres
estadounidenses  decrecientes  desde los  años  70 hasta  hoy, una  familia
podría mantener  su estándar de vida si las  mujeres ingresaran a la fuerza
laboral. Bajo  estas presiones  económicas, las mujeres  participaron en la
economía buerguesa, con su competitividad, materialismo,
despersonalización, alienación e  individualismo. Un análisis de psicología
cultural   podría   revelar   que   esas   características   permearon   la
autoafirmación de  las mujeres  de la misma  manera en que  caracterizan la
auto afirmación  de los hombres (Risman, 1987,  p. 27). La investigación de
psicología cultural  podría descubrir más adelante  que esta forma burguesa
de auto afirmación conduce a las mujeres a tratar a los otros con rudeza, a
ser   egoístas  y  desconfiadas   de  los   demás  y  a   tener  relaciones
interpersonales distantes. En este  caso las formas burguesas de liberación
de las mujeres quedarían  muy lejos de una verdadera liberación —aunque las
"liberarían"  de   la  servidumbre  doméstica-.   La  verdadera  liberación
requeriría una  clase diferente de auto  afirmación integrada por conceptos
culturales   y   prácticas   de   cooperación,   democacia   y   altruismo.

La   gente  frecuentemente   subestima  hasta   qué  punto   sus  fenómenos
psicológicos   incorporan    actividades   y   conceptos   culturales.   En
consecuencia,  la mayoría  de  las personas  creen que  han  trascendido su
cultura cuando  no lo han hecho. La psicología  cultural es la única teoría
psicológica  que  puede  analizar en  cúanto  la  psicología sintetiza  los
factores culturales  existentes y en qué  medida esboza factores culturales
alternativos. En  consecuencia, la  psicología cultural es  la única teoría
psicológica que califica como psicología de liberación.
 
 
 
 

                                Referencias

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               Vygotsky, L. S. (1997b). Collected works (volume 3). New
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               Vygotsky, L. S. (1998). Collected works (vol. 5). New York:
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               Winstead, B (1984). Hysteria. In C. Widom (Ed.), Sex Roles
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